El pintor francés Dagnan-Bouveret, pintando su obra "Le Pardon en Bretagne", 1886.
Es necesario decir algo
acerca de la visión, si queremos tener una captación cierta, del concepto de
forma. Examinemos crudamente, lo que conocemos sobre la visión. La ciencia nos
dice, que todos los objetos, se hacen visibles ante nosotros, por medio de la
luz; y que la luz blanca, por la cual vemos las cosas (en lo que puede
llamarse, su aspecto normal), se compone de todos los colores del espectro
solar.
Esta luz, viaja en línea
recta y al tocar los objetos que están ante nosotros, se refleja en todas
direcciones. Algunos de esos rayos, llegan a nuestra retina, multiplicándose
sobre ella, produciendo una imagen de lo que tenemos ante nuestros ojos.
Lo que principalmente nos concierne,
es el hecho, que las imágenes en nuestra retina, son planas (solo tienen dos dimensiones),
las mismas que tiene la tela, sobre la cual pintamos. Si tú analizas esas
imágenes desprejuiciadamente, veras que se componen de masas de color, en infinita
variedad y complejidad, de diferentes formas y gradaciones, y con mucha
variedad en sus bordes; eso da al ojo, la ilusión del natural, con sus
distancias y profundidades reales.
Observando entonces, que
nuestros ojos tienen solo imágenes planas, que contienen información en dos
dimensiones, acerca del mundo objetivo, ¿de donde nos viene, el conocimiento de
la distancia y de la solidez de los objetos ?.... ¿cómo es que vemos la tercera
dimensión, la profundidad y el grosor, por medio de imágenes planas de dos dimensiones?
El poder para juzgar las
distancias, se debe principalmente, a nuestra posesión de dos ojos, situados en
posiciones ligeramente diferentes, desde los cuales, obtenemos dos visiones de
los objetos, y también, se debe al poder poseído por los ojos, para enfocar o
desenfocar a diferentes distancias.
El hecho que
tengamos dos imágenes planas en nuestras retinas, y que podemos enfocar y
desenfocar en diferentes planos, podría no ser suficiente, para rendir cuenta a
nuestro conocimiento, de la solidez de las formas en el mundo objetivo; si no estuvieran relacionados, con el sentido
del tacto.
Mientras el desarrollo de la
percepción de las cosas, se había estado llevando, sobre el lado puramente
visual de la cuestión, la observación de la imagen sobre la retina, por lo que
ella es, como forma y color, había sido descuidada (de tal forma, que cuando un
niño viene, e intenta dibujar, la visión no es el sentido que consulta). La
idea mental del mundo objetivo, ha crecido en su mente, asociándose más
directamente con el tacto, que con la visión. De manera que si se le pide, que
dibuje una cabeza por ejemplo, el pensara de ella, como un objeto que tiene un
limite continuo en el espacio; su mente
instintivamente concebirá tal limite, como una línea.
El término “finalización” en
arte, no tiene conexión con el monto de detalles en un cuadro, tal cosa solo
tiene referencia, a la completación con la cual, la idea emocional necesita ser
expresada.
Recordemos entonces, que hay
la percepción puramente mental, fundada principalmente, sobre el conocimiento
derivado de nuestro sentido del tacto y asociado con la visión; cuyo primitivo
instinto, es poner un contorno para rodear los objetos, que representa sus
limites en el espacio. Tenemos también, la percepción visual, la cual esta
relacionada, con el aspecto visual de los objetos, tal como aparecen sobre la
retina. Esos dos puntos de vista, nos dan también, dos maneras diversas, de
abordar la representación del mundo visible.
Fuente
consultada:
Harold
Speed, THE PRACTICE AND SCIENCE OF DRAWING, Dover Publications INC,
tercera edición, New York, USA, 1972.
Resumen y traducción libre del pintor José Peña, Caracas
2004.
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