domingo, 12 de febrero de 2017

EL CONCEPTO IMPRESIONISTA DE LA “GRAN MIRADA”


En el estudio. William Paxton, óleo sobre tela, 1905, colección privada.


“Excelencia nunca será adquirida por un artista, a manos que él tenga el hábito de observar sobre los objetos de manera amplia, y aprecie el efecto que estos tienen sobre el ojo cuando se le desenfoca, y luego, se le emplea sobre el conjunto de la escena sin detenerse en sus distintas partes.”
                                                                             Sir Joshua Reynolds, discurso IX

“Deja que las superficies fluyan la una en la otra en una flexible envoltura de luz y pintura…haz que el cuadro parezca hecho en una sesión; haz que los objetos naden en el aire, pinta todas las cosas en relación con el foco.”
                                                                            William MacGregor Paxton, 1901

            Muchos de los pintores llamados impresionistas, que expusieron juntos sus obras en los años de 1874 y 1886, estaban en desacuerdo con que se les diera tal nombre a su movimiento. El mismo, tuvo su origen en el título de una pintura de Claude Monet llamada “impresión del amanecer”. Muchos críticos hostiles, usaron frecuentemente el término impresionista, para burlarse de ese nuevo estilo de pintura.
            Algunos artistas preferían la frase “independientes”, para designar al grupo ya que era una reunión de individuos quienes habían escogido trabajar separados del establecimiento académico, y mostrar sus obras fuera del salón oficial. Si seguimos la verdadera definición de impresionismo, descubrimos que los fundadores de ese movimiento no eran tan heterogéneos.  Si bien, todos mostraron algunas características de “impresionismo” en sus obras, buena parte de ellos no fueron devotos adherentes de aquel.
            El verdadero impresionismo, no está basado sobre una teoría de color, sino sobre un avanzado concepto de observación. A este punto, debemos comprender que observar no quiere decir copiar servilmente. El verdadero concepto impresionista de visión u observación, es un nivel de comprensión realizado en pintura. Copiar es un proceso mecánico, el cual, puede incluir este tipo de comprensión o no.
            El verdadero impresionismo “agarra la escena” ante sus ojos como un conjunto, e intenta transcribir a su tela la impresión que esa entidad hizo sobre él. Un realista común, pintará su visión de cada objeto por separado, y su obra finaliza por ser una compilación de observaciones separadas, las cuales, en realidad son incompatibles entre sí. Tal cuadro, podría ser el resultado de una gran labor y de considerable destreza, pero no requiere el poder de síntesis y coordinación necesarios para hacer una pintura impresionista.
Se trata que cuando observamos sobre una escena o composición en el natural, no vemos todo con igual definición; nosotros podríamos estar conscientes de tres o cuatro masas yuxtapuestas, con diferentes grados de color luminoso u oscuro; probablemente sólo vemos unos pocos detalles, y sobre ciertos objetos dentro del campo de visión.
El concepto impresionista de la “gran mirada”, se remonta a sus pioneros: Velásquez y Vermeer; y fue traído al Continente Americano, y en específico a los Estados Unidos, por un grupo de pintores de esa nación, los cuales, habían viajado a Europa a estudiar su arte. La mayoría de ellos, recibió la formación tradicional impartida en las grandes academias de Francia y Alemania, y además, asimilaron mucho de las corrientes independientes que tuvieron su apogeo en el Paris de la última mitad del siglo XIX.
Algunos de estos artistas, fundaron en 1897 un grupo llamado “Los Diez”, constituido principalmente por impresionistas; otro grupo de ellos (por ejemplo Frank Benson, Edmun Tarbell, Joseph DeCamp y William Paxton), conformarían la llamada “Escuela de Boston”.
Un gran activo, asociado a la técnica de la “Escuela de Boston”, es una cierta amplitud de visión y un énfasis sobre “la gran mirada”. Este concepto, se propone enfocar en una sola visión, tanto como para abarcar el conjunto de la escena a ser pintada. La grandeza, unidad de efecto y la gran poesía del natural, sólo puede ser alcanzada por el cuidadoso estudio de las partes, subordinándolas a la idea central, de cómo ellas se relacionan con el todo. El detalle es minimizado.

Fuentes consultadas:
VERMEER. James Robinson. Artículo publicado en el Clasical Realism Journal, volumen 4, nº 1, 1997.
THE ART OF SEEING. Robert Cormier. Artículo publicado en el Clasical Realism Quaterly, volumen 1, nº 3, 1986.
MASTERING THE ART OF PORTRAITURE. Carl Samson. Artículo publicado en el Clasical Realism Journal, volume 2, nº 2
TWILIGTH OF PAINTING. Robert Hale Ives Gammell, Parnasus Imprints, 1990.

Recopilación y traducción libre de José Peña, Caracas 2004, jpmarte73@yahoo.com

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