En el estudio. William Paxton, óleo sobre tela, 1905, colección privada.
“Excelencia
nunca será adquirida por un artista, a manos que él tenga el hábito de observar
sobre los objetos de manera amplia, y aprecie el efecto que estos tienen sobre
el ojo cuando se le desenfoca, y luego, se le emplea sobre el conjunto de la
escena sin detenerse en sus distintas partes.”
Sir Joshua Reynolds, discurso IX
“Deja
que las superficies fluyan la una en la otra en una flexible envoltura de luz y
pintura…haz que el cuadro parezca hecho en una sesión; haz que los objetos
naden en el aire, pinta todas las cosas en relación con el foco.”
William MacGregor Paxton, 1901
Muchos de los pintores llamados
impresionistas, que expusieron juntos sus obras en los años de 1874 y 1886,
estaban en desacuerdo con que se les diera tal nombre a su movimiento. El
mismo, tuvo su origen en el título de una pintura de Claude Monet llamada “impresión
del amanecer”. Muchos críticos hostiles, usaron frecuentemente el término
impresionista, para burlarse de ese nuevo estilo de pintura.
Algunos artistas preferían la frase “independientes”,
para designar al grupo ya que era una reunión de individuos quienes habían escogido
trabajar separados del establecimiento académico, y mostrar sus obras fuera del
salón oficial. Si seguimos la verdadera definición de impresionismo,
descubrimos que los fundadores de ese movimiento no eran tan heterogéneos. Si bien, todos mostraron algunas características
de “impresionismo” en sus obras, buena parte de ellos no fueron devotos adherentes
de aquel.
El verdadero impresionismo, no está
basado sobre una teoría de color, sino sobre un avanzado concepto de
observación. A este punto, debemos comprender que observar no quiere decir
copiar servilmente. El verdadero concepto impresionista de visión u
observación, es un nivel de comprensión realizado en pintura. Copiar es
un proceso mecánico, el cual, puede incluir este tipo de comprensión o no.
El verdadero impresionismo “agarra
la escena” ante sus ojos como un conjunto, e intenta transcribir a su tela la
impresión que esa entidad hizo sobre él. Un realista común, pintará su visión
de cada objeto por separado, y su obra finaliza por ser una compilación de
observaciones separadas, las cuales, en realidad son incompatibles entre sí.
Tal cuadro, podría ser el resultado de una gran labor y de considerable
destreza, pero no requiere el poder de síntesis y coordinación necesarios para
hacer una pintura impresionista.
Se trata que cuando observamos sobre
una escena o composición en el natural, no vemos todo con igual definición;
nosotros podríamos estar conscientes de tres o cuatro masas yuxtapuestas, con
diferentes grados de color luminoso u oscuro; probablemente sólo vemos unos
pocos detalles, y sobre ciertos objetos dentro del campo de visión.
El concepto impresionista de la “gran
mirada”, se remonta a sus pioneros: Velásquez y Vermeer; y fue traído al
Continente Americano, y en específico a los Estados Unidos, por un grupo de
pintores de esa nación, los cuales, habían viajado a Europa a estudiar su arte.
La mayoría de ellos, recibió la formación tradicional impartida en las grandes
academias de Francia y Alemania, y además, asimilaron mucho de las corrientes
independientes que tuvieron su apogeo en el Paris de la última mitad del siglo
XIX.
Algunos de estos artistas, fundaron en
1897 un grupo llamado “Los Diez”, constituido principalmente por
impresionistas; otro grupo de ellos (por ejemplo Frank Benson, Edmun Tarbell,
Joseph DeCamp y William Paxton), conformarían la llamada “Escuela de Boston”.
Un gran activo, asociado a la técnica
de la “Escuela de Boston”, es una cierta amplitud de visión y un énfasis sobre “la
gran mirada”. Este concepto, se propone enfocar en una sola visión, tanto como
para abarcar el conjunto de la escena a ser pintada. La grandeza, unidad de
efecto y la gran poesía del natural, sólo puede ser alcanzada por el cuidadoso
estudio de las partes, subordinándolas a la idea central, de cómo ellas se
relacionan con el todo. El detalle es minimizado.
Fuentes
consultadas:
VERMEER.
James Robinson. Artículo publicado en el Clasical Realism Journal, volumen 4,
nº 1, 1997.
THE ART OF
SEEING. Robert Cormier.
Artículo publicado en el Clasical Realism Quaterly, volumen 1, nº 3, 1986.
MASTERING THE
ART OF PORTRAITURE. Carl
Samson. Artículo publicado en el Clasical Realism Journal, volume 2, nº 2
TWILIGTH OF
PAINTING. Robert Hale Ives Gammell, Parnasus Imprints, 1990.
Recopilación
y traducción libre de José Peña, Caracas 2004, jpmarte73@yahoo.com
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